viernes, 12 de mayo de 2006

Cuba









Tuve la suerte de viajar allá por el 2001, antes de que le escondieran la pastillita al tío Fernando, y quedé maravillado, no solo por los paisajes, sino tambien por la gente. Que pueblo maravilloso.

Las fotos que hoy subo son, pura y exclusivamente en mi opinión, algunos de los íconos que posee esta maravillosa isla, con el monumental y fantástico Hotel El Nacional, ubicado en la ciudad de La Habana, La Bodeguita del Medio, en la misma ciudad, famosa por sus mojitos y Hemingway, la imagen de nuestro Che en la Plaza de la Revolución. Ah, no se olviden, imposible no visitar su Mausoleo en la ciudad de Santa Clara, donde se levanta un monumento impresionante, y en el corazón de la misma, la topadora y los vagones del tren descarrilado. Otra de las ciudades a visitar es Trinidad, unos colores en sus paredes dignos de la época colonial española, lo mismo que sus calles.

Alguien una vez me dijo"...para ver casas viejas me voy a San Telmo...", si, si, puse la misma cara que vos y seguro que estás pensando lo mismo que yo en aquel momento.

Paz



Quiero paz, un poco nomás, necesito relajarme, pisar la pelota y mirar la cancha. Necesito viajar mentalmente a esa imagen de Cai, mi cuñada, entrando en el mar, ese cristalino mar de Cayo Guillermo, cristalino y tranquilo, que te invita a disfrutar del momento.
Porqué corremos tanto en esta bendita ciudad????. A quién queremos alcanzar??????. A dónde vamos???. Porqué si no compito con alguien no sirvo? No, esto de correr por correr no me gusta, decimos que si nos alejamos un poco, apenas unos kilómetros, ya nos transformamos en otro ser humano. Porqué no ser otro ser humano aquí, donde uno nació y se estableció. Quiero parar la pelota!. Necesito parar la pelota. Y lo voy a lograr. Levantemos la vista y hagamos la pausa. Me rodean personas a las que amo y me son imprescindibles para vivir el día a día. A ellos, mil gracias por estar.

viernes, 5 de mayo de 2006

Colores del Tigre












No se trata de hablar de los hermosos colores que conforman el pelaje de tan magnífico felino. Este es nuestro Tigre turístico, no el del marrón del río y del verde vegetación de las islas, el de su hermosa gente laburadora, que pelea cada crecida del río como si fuera a ser la última. Este tiene otro color, sí, sobre todo de los más diversos. Llama la atención tanto colorido, por lo aportado por parte de los visitantes, y por lo aportado por los artesanos y sus productos. Pasen y vean, el mercado está abierto y nosotros, listos para absorver hasta el aire de las botellas...